HISTORIA DE CÁRITAS ÚBEDA

Cáritas en Úbeda nace en los años cincuenta en la posguerra, años difíciles sobre todo para los más desfavorecidos por la escasez de trabajo y de alimentos, situación agravada por la escasez de vivienda, y la imposibilidad de acceder a la salud por la falta de medios y a la enseñanza. Ante esta situación, las diferentes comunidades religiosas Parroquias y Cofradías tratan de poner remedio con los escasos medios con que se cuenta.

Es a partir del florecimiento de Acción Católica en sus diferentes ramas, y ante el convencimiento de que no basta con formarse y rezar, sino que la mejor repuesta de los cristianos ante tantas necesidades era el Actuar, cuando comienza a tomar cuerpo la necesidad de Cáritas como expresión de la acción caritativa de cada comunidad parroquial y Caritas Interparroquial como aglutinante en las grandes ciudades como Úbeda. Todos los Párrocos aportan a sus mejores hombres y mujeres para buscar de forma conjunta la solución a los problemas que desbordan el ámbito de lo estrictamente parroquial.

Don Manuel Fuentes Garayalde, industrial de profundas raíces religiosas, es elegido como primer Presidente del Secretariado de Cáritas, rodeándose de un nutrido grupo de colaboradores que a lo largo de muchos años pusieron en marcha con su esfuerzo, esta gran tarea. Imposible nombrarlos a todos, como simple botón de muestra de la primera época: Bernabé del Pino Granda, Gerardo Ruiz del Moral, Francisco Almagro Ruiz, Francisco Sáez, Antonio Gordillo, Esteban Valenzuela y muchos otros. A lo largo de los primeros años y en nombre de los sacerdotes actuaron con dedicación D. Manuel García Hidalgo, D. Juan de Dios Sanjuán Herreros, con la ayuda siempre generosa y entusiasta, entre otros del padre Jesús Mendoza y de las religiosas de la Milagrosa.

La labor asistencial de Cáritas comienza con lo que se llamó “ayuda americana”, que consistía en distribuir alimentos de todo tipo, tales como leche, garbanzos, chocolate, aceite, queso.. etc.  Entonces Cáritas no tenía local donde almacenar estas ayudas para poder distribuirlas después, las hermanas Clarisas facilitaron el local adecuado frente a la iglesia de S. Pedro, ampliándose su labor con la apertura de un comedor para atender a los necesitados, servido por ellas mismas. Con posterioridad y sucesivamente Cáritas atendió a los necesitados de toda Úbeda en las oficinas en las calles Jaén, Bailén, Montiel y Minas.

Una de las principales preocupaciones era desde el principio, facilitar vivienda a familias pobres. Ya al comienzo de los años sesenta se hizo una gran campaña para poder construir 12 viviendas en las eras del Alcázar, y con la ayuda de los Cursillos de Cristiandad se facilitó un gran número de casas a necesitados en el Camino Ancho y en el Barrio de San Pedro. Pedro Sánchez García fue el encargado en nombre de Cáritas  de la construcción y reparación de viviendas.

Otra gran tarea asistencial consistió el facilitar el acceso a la Beneficiencia y futuras pensiones no contributivas a personas carentes de medios, para ello fue de especial importancia la colaboración de Abelardo de la Rosa, funcionario del Instituto Nacional de Previsión, hoy Seguridad Social. Paco Sáez, empleado de farmacia se hacía cargo de facilitar y supervisar todo lo que tenía que ver con las medicinas. 

En la sede de la calle Minas, Sor Isabel, de la Milagrosa, y Amalia Pipó, acompañadas de un gran grupo de mujeres, desempeñaron una labor, poco conocida, pero en aquellas circunstancias necesaria para muchas familias, facilitarles ropas y enseres sobre todo en el tiempo de invierno. Además organizaban cursos de cocina y de corte y confección para las jóvenes.

Una mención especial merece Esteban Valenzuela, que desde la oficina y sobre todo desde el Estanco, a cualquier hora del día estaba dispuesto a atender a las necesidades más urgentes, atención a los transeuntes, viajes, pensión donde pasar la noche, vales de alimentos, etc. Haciendo de director de Cáritas Interparroquial tras la muerte de Antonio Viedma, sucesor de D. Manuel Fuentes. Con su conocimiento de las personas y su cercanía, propició el apostolado entre los más pobres en los barrios.

Una labor muy meritoria es la realizada por Prudencio Mata, que durante bastante tiempo actuó de secretario y luego llevó la dirección de una escuela de adultos que funcionó en el local de la calle Minas. Así mismo ejercieron como secretarios, Pedro Nieto y Antonio Barceló, que todos los meses facilitaban el estadillo con las entradas y gastos de Cáritas de la ciudad de Úbeda.  Antonio Ortiz Real, responsable de la Cruz Roja supo aunar su trabajo con su colaboración con Cáritas.

Otro trabajador incansable e impulsor de nuevas iniciativas fue Antonio Gutiérrez, El Viejo, desde su pequeña tienda de comestibles en el mercado, tenía la posibilidad de descubrir a los verdaderos necesitados y desenmascarar a los “falsos pedigüeños”. Sus iniciativas fueron fructíferas como “Donantes de Sangre”, su gran aportación a los jóvenes facilitando mediante becas a los más pobres, la posibilidad de pasar unos días en la playa sobre todo de la Barrosa. Las visitas con jóvenes al Neveral y a los Prados, impresionaba y dejaba una huella positiva, así como la campaña de recogida de juguetes, era una forma de iniciarlos en la tarea de hacer algo, en favor de los demás. Los actuales jóvenes de Acción Católica siguen su ejemplo.

D. Francisco Almagro y D. Manuel Moreno Pasquau, además de ocupar el puesto de Secretario y tesorero, como expertos en los asuntos judiciales, prestaban su valiosa ayuda a cuantos necesitasen consejo y orientación ante los problemas de tipo legal. Como no mencionar a Manolo Estrella y a José Luis Gómez Navarro, con su carpeta siempre encima, donde anotaba de una forma minuciosa las necesidades y posibles soluciones a los problemas de los acudían pidiendo ayuda. Colaboradores sencillos y anónimos a los ojos de los hombres, no a los e Dios, como Pepita Gandullo, Pedro Vargas, Pepe Marín, Blas López y un etc sin fin.

Con el cambio de siglo, un nuevo equipo se hace cargo de Cáritas Interparroquial.  Su nuevo presidente D. Francisco Moreno Olivares, se rodea de un nuevos colaboradores y se da un nuevo impulso. Un objetivo primordial formar y hacer efectiva la actividad en las diferentes Cáritas Parroquiales. Una de las iniciativas que sin duda más contribuyó a movilizar a todos, fue el comedor y el albergue para temporeros, despertándose en todos la idea de la necesidad de locales adecuados para una labor tan amplia y comprometida como la que se estaba haciendo. Hubo varios intentos de adquirir locales específicos, pero ante la imposibilidad, se adoptó la determinación de formar parte de un proyecto más ambicioso, la Casa de la Iglesia, en la que participa de forma sustancial y tiene su sede en la actualidad.

Los objetivos se han ido cumpliendo sucesivamente renovándose los equipos bajo la presidencia de Tomás Garzón y de Juan Luis Millán, ahora estamos a punto de iniciar un nuevo mandato presididos por Rafael Gómez Cayola. Es mucho el camino recorrido, iniciativas como el Comedor para temporeros, Panes y Peces, Tienda MODA RE, nuevo tratamiento del tema del ropero, y de la ropa usada, ayudas a las nuevas necesidades en temas como la drogadicción, las circunstancias durísimas a raíz de la pandemia Covid-19,  Cursos de formación para el Empleo, iniciativas de todo tipo que exigen eficacia y tesón en tantos colaboradores mujeres y hombres unidos con ilusión en la tarea de promocionar social y humanamente a los más desheredados.

Durante estos últimos años, D. Ildefonso Fernández de la Torre, Párroco de Virgen del Pilar y Sta Teresa ha llevado adelante la doble tarea de representar al clero en Cáritas Interparroquial, y dirigir la Casa de la Iglesia. Desde hace seis años, contamos también con la ayuda valiosísima de D. Juan Raya, Párroco de Sto Tomás, que ejerce como Vicario de Caridad a nivel de toda la Diócesis.

Como se trata de una historia abreviada, se han quedado sin citar acciones, obras y potencial humano, que han hecho posible que Cáritas haya cumplido con sus fines, pero como es una convicción cristiana en el ejercicio de la caridad que “tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha”, se consideren todas las omisiones bajo este prisma. Gracias a todos.

EFM