HISTORIA DE LAS PARROQUIAS

1.- ORIGEN

Tras la conquista cristiana de Úbeda por las tropas de Fernando III el Santo en 1.234, se procede a la transformación de la ciudad musulmana. Este proceso tiene una fuerte carga simbólica. Todo nos hace pensar que algunas de las mezquitas de barrio, incluyendo la aljama, debieron ser convertidas desde un primer momento en iglesias parroquiales. Otras, sin duda alguna, fueron creadas de nueva planta. 

En los tiempos del obispo don Pascual (dieciséis años después de la conquista de la ciudad), ya se citan estas iglesias, que por orden de dignidad son las siguientes: Santa María, San Pablo, San Pedro, Santo Domingo, Santo Tomás, San Lorenzo, San Juan Evangelista, San Juan Bautista, San Millán, San Nicolás y San Isidoro. De todas ellas, las seis primeras se ubicaban en el interior del perímetro amurallado, mientras que las restantes se diseminaban por sus arrabales. 

Las once iglesias parroquiales, fundadas tras la conquista cristiana de Úbeda, sufrirán distinta suerte durante los siguientes siglos. 

La demarcación geográfica de las primeras parroquias -aquellas que permanecieron intramuros- supuso crear una superficie urbana bastante equilibrada y sin posibilidad alguna de crecimiento. Todo lo contrario ocurrió con las parroquias extramuros, en donde se produjo un crecimiento asimétrico; así, mientras algunas parroquias como San Juan Bautista o San Juan Evangelista –los Sanjuanes– tienden a perder su feligresía por su escarpada ubicación entre las huertas, otras como San Nicolás y San Isidoro, ya en el siglo XV, llegan a agrupar tantos habitantes como el conjunto de todas las restantes. 

Los grandes destrozos de las razzias de don Pero Gil de Zático obligaron a reformar muchas de las primitivas fábricas, que fueron saqueadas e incendiadas. 

Sin duda el auge económico del Renacimiento marcó la renovación de los templos, como lo ejemplifican la construcción de las nuevas portadas en casi todas las iglesias de la ciudad, así como de otros elementos tales como sacristías, baptisterios, torres, etc. Incluso se proyectan reformas globales, como es el caso de San Isidoro, que no llegó a culminarse. 

RUINA DE LOS TEMPLOS 

Como es fácil comprender, el proceso de renovación de las iglesias deriva en parte del número de habitantes de su feligresía. Parroquias como las de los Santos Juanes, San Millán o Santo Tomás, verán de manera paralela como va disminuyendo el número de fieles y como se resiente su fábrica hasta finalmente llegar a la ruina. El golpe de gracia vendrá con la supresión de culto en los templos. 

Como consecuencia de su escaso vecindario, la parroquia de San Juan Evangelista desaparece muy pronto, ya en 1740 por orden del Obispo don Andrés Cabrejas Molina, se agrega  su feligresía a la de San Lorenzo. Hoy en día, frente a la fuente de la Saludeja aún se conservan algunos restos de lo que pudo ser su primitivo ábside. 

S.Juan Bautista:

El primer intento de acabar con aquella parroquia se produce en julio de 1800, fecha en que se solicita trasladar las imágenes, ornamentos de culto, alhajas e incluso las campanas a la cercana iglesia de San Millán, aludiendo para ello la ruina del templo y no tener fondos para poder costear las obras de reparación. 

Estando los albañiles disponiéndose a bajar las campanas y la imagen del santo titular para llevarla a su nueva ubicación, se desencadenó un motín por parte de las mujeres del barrio quienes «se opusieron a que su San Juan se lo llevasen».

En cuanto a la Parroquia de Sto Tomás, las razones de su ruina habría que buscarla en la paulatina despoblación de la zona, lo que conllevó la disminución de recursos. La iglesia carecía de todo, incluso de aceite para la lámpara del Santísimo.

Algunos de los templos se encontraban en ruina antes de la nueva organización (Santo Tomás y los Santos Juanes), mientras que otros serán clausurados y agregada su feligresía a otras parroquias (San Pedro, Santo Domingo, San Lorenzo y San Millán). 

2.-  REDUCCIÓN A 4 PARROQUIAS:  

Durante el Trienio Liberal se intenta realizar un primer reajuste parroquial sin éxito. En 1822 se proyecta dejar sólo las parroquias de Santa María, San Pablo, San Millán, San Lorenzo, San Isidoro y San Nicolás, 

En 1836, junto a la supresión de los conventos de Úbeda, se procede a hacer lo mismo con sus iglesias parroquiales. Sin embargo, esto no se llevará a cabo de inmediato, especialmente teniendo en cuenta la encrespada actitud de la población ante el cierre de los conventos. 

Así, un año más tarde se resuelve «que en esta Ciudad no quedan mas Parroquias que la de San Pablo, S. Nicolás, S. Isidoro y S. Pedro; 

Será en el acta de cabildo de 4 de junio de 1842 cuando se produzca la definitiva división de la jurisdicción eclesiástica de la ciudad, que perduraría hasta 1970 salvo algunas modificaciones puntuales.

La sede parroquial de S. Pedro se traslada a Santa María en 1848, dadas las mejores características de su historia y de su conservación. La extinción definitiva de Sta María, como Colegial se produce en 1852, permaneciendo sus ornamentos y alhajas en la misma, para el bien del culto en la parroquia.

TOTAL VECINOS DE ÚBEDA: 13286 ALMAS.  VECINOS  3272

 PARROQUIAALMASVECINOS
 San Isidoro47941148
 San Nicolás2843727
 San Pablo2710765
 San Pedro (Sta María)2739632
 Total132863272

Los templos clausurados languidecerán durante el resto de la centuria, y de ellos tendremos algunas referencias, casi todas ellas referidas a la solicitud de su apertura o arreglos por estado ruinoso. 

Por su parte, las cuatro iglesias parroquiales supervivientes (Santa María, San Pablo, San Nicolás y San Isidoro) afrontarán una nueva fase histórica, en la que verán modificar su fábrica original al realizar obras de embellecimiento o necesarias y urgentes reformas, para asegurar su conservación. 

3.- AÑO 1970: 8 PARROQUIAS

Debido al crecimiento de la ciudad y al nacimiento de  nuevos barrios, la iglesia quiso adelantarse creando cuatro nuevas parroquias, teniendo como eje de división las carreteras entonces existentes.

1.- Parroquia Santa Teresa, desde la antigua confluencia de las carreteras de Villacarrillo y Vilches. (Barrio de S.Pedro).

2.- Parroquia Sto Tomás, todo lo comprendido entre la carretera del Trillo y Villacarrillo.

3.- Virgen del Pilar, desde la carretera del Vilches a la de Linares, a partir de Ramón y Cajal (pares).

4.- San Juan Bautista, Avenida de Linares (impares); Carretera de Jaén: Avenida de Cristo Rey (pares) desde la Ronda de Santiago.

A lo largo de los primeros años de la década de los 70, se fueron poniendo en marcha las nuevas Parroquias, siendo nombrados sucesivamente como párrocos, D. Carlos Marín, D. Juan de Dios Sanjuán, D. Manuel Medina y D. Eusebio Figueroa.

4.- ACTUALIDAD: 6 PARROQUIAS.

EL 1 de junio de 1998, por decreto del Sr. Obispo D. Santiago García Aracil, habiendo oído el parecer del Cabildo y Presbiterio y con el visto bueno de los párrocos de la ciudad, se distribuye de modo distinto la configuración de las parroquias existentes, pensando en el bien espiritual de todos los feligreses.  

1º Se funde en una única parroquia las feligresías de Virgen del Pilar y Santa Teresa, pasando todos los bienes y derechos de las dos anteriores  a la única resultante de dicha fusión, que pasará a denominarse Virgen del Pilar y Santa Teresa.

Dicha Parroquia cederá a favor de la de Sto Tomás, la calles colindantes a partir de Juan de Austria (pares) y Enrique II (pares). y a favor de la de San Juan Bautista los feligreses residentes a partir de D. Bosco (impares). 

2º Se funde en una única parroquia que pasará a denominarse Santa María de los Reales Alcázares y San Pablo, ambas feligresías, pasando todos los bienes y derechos de las dos anteriores  a la única resultante de dicha fusión.

3º La parroquia de s. Isidoro cederá en favor de la de San Juan Bautista, los habitantes de la Avda de la Constitución (pares), y las calles colindantes con dicha parroquia

La ejecución del presente decreto entró en vigor el 14 de  Diciembre de 1998, fiesta de San Juan de la Cruz.

Efm

Nota.- Los datos históricos están recogidos de: 

LAS IGLESIAS PARROQUIALES DE ÚBEDA DURANTE EL SIGLO XIX .

José Manuel Almansa Moreno. Universidad de Jaén